Friday, April 20, 2012

XX años de danza en el desierto




El festival “Un desierto para la danza” es el principal evento de arte escénico que se desarrolla en Sonora, y uno de los mejores que tienen lugar en el noroeste de México.

Si bien en otras disciplinas artísticas nuestro estado todavía se encuentra en pañales, en danza contemporánea es una lumbrera. Para lo anterior tiene que ver el fogueo que han tenido los ejecutantes sonorenses en estos 20 años que tiene el festival, pero principalmente que las compañías sonorenses de danza contemporánea han visto en esta disciplina un medio de expresión creativa y un trabajo profesional. Un trabajo al que se le nota el estudio, la reflexión y el diálogo con postulados filosóficos y estéticos actuales, así como un conocimiento del arte escénico que se desarrolla en el mundo.

Compañías como Quiatora Monorriel (que este año es la anfitriona), dirigida desde 1992 por Evoé Sotelo y Benito González, han puesto la danza contemporánea sonorense en el plano nacional. Lo mismo ha sucedido con Producciones la lágrima, cuya directora artística, Adriana Castaños, es una de las más arriesgadas. Antares es otra muestra de la buena salud que goza la danza contemporánea en Hermosillo. Manuel Ballesteros y Parámetro ciego, que empieza a revelarse como una compañía propositiva, son otros dos ejemplos para entender que el desierto es un escenario propicio para “transmitir con los huesos”, como decía el coreógrafo ruso,  Vaslav Nijinsky.  

Programa
Será a partir del 19 al 29 de abril que tendremos la oportunidad de ver, escuchar y disfrutar propuestas escénicas de la más alta calidad. Abre el festival Quiatora Monorriel con su coreografía: “Asunto latente”. El día 20 será para que se derramen “Las sangres”, de la compañía veracruzana Las sangres, dirigida por el acreditado coreógrafo sonorense, David Barrón. El sábado 21 doble función: desde Chile se presenta la compañía Escenalborde y los defeños de Foco al aire. El 22  toca turno a los guanajuatenses de Lola Lince. El 23 desde Canadá Rubberbandance. El 24 con una producción México-Australia se presenta Lux Boreal. El 25 llega la compañía alemana Gradinger Schubot, que se antoja una de las más atractivas. El mismo 25, sólo que más tarde, se presenta Manuel Ballesteros con su nortearte. El 26 le toca a los sonorenses de Antares. El 27 desde Mérida se presenta Tumakat. El sábado 28 veremos a La lágrima. Y para el cierre se presentan los estadounidenses Maureen Fleming Company. Las funciones comienzan a las 20:00  horas en el teatro de la ciudad de la Casa de la Cultura. Las carteleras dobles a las 20:00 y 21:30.





El centro del desierto       
Una modalidad, que no había tenido el festival Un desierto para la danza, es el de las presentaciones imprevistas en algún punto de la ciudad. En esta ocasión se le ocurrió al coreógrafo de Quiatora Monorriel, Benito Gonzáles, que algunos espacios del Centro de Hermosillo eran propicios para intervenciones coreográficas. Serán dos de los ejecutantes de la compañía, Parámetro Ciego, cuyo director es Ernesto Contreras, los que sin previo aviso harán su performance en algún punto del Centro los días 26, 27 y 28 de abril. Sobre la novedosa idea platicamos con Benito Gonzáles en uno de los primeros ensayos que tuvo lugar en una esquina en la calle Heriberto Aja.

Enseguida de una muy poca discreta casa de citas, y al alcance de los gritos de un travesti en la esquina contraria, Gonzáles nos explica que aquella intervención originalmente estaba pensada dentro  de un proyecto de beca que está realizando apoyado por el FONCA. “Mi intención es crear una imagen y no tanto un desarrollo escénico-dramatúrgico. Quería hacer algo en lo que he venido trabajando actualmente, piezas atemporales, sin principio ni fin. El año pasado hice algo parecido con La lágrima y este año se me hizo padre hacer una intervención performática aquí en el Centro de Hermosillo.”
-¿Y cuál es la intención? Le pregunto al coreógrafo que secretamente admiro desde la adolescencia. Mientras lo cuestiono el travesti del otro lado de la esquina se ofrece a los automovilistas que transitan por la desolada vía, y cuyos faroles de auto iluminan la instalación de Gonzáles. Los dos advertimos la escena.
-“Mi intención es que suceda precisamente esto de lo que estamos siendo testigos. Que la pieza sea tocada por la realidad y que la realidad sea tocada por la pieza.”
  
-IBR.   
   

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