Saturday, April 21, 2012

Celebran el 4:20 jóvenes, y no tan jóvenes, hermosillenses


(En el 2010 asistí a este evento. Por el tema, no se publicó la nota. Aquí la dejo a propósito de ayer en la Plaza Emiliana de Zubeldía).  

Son varios los mitos que refieren al inicio de una tradición entre los fumadores de Cannabis en todo el mundo. El  20 de abril es el día internacional de la marihuana. En un ambiente alejado de la represión, Hermosillo no escapó a las celebraciones

Hay varias versiones, entre los consumidores de Cannabis Sativa, mejor conocida como marihuana, sobre el inicio del ritual 4:20. Una de ellas se remonta a una preparatoria del norte de Carolina, en Estados Unidos, donde jóvenes se reunían, exactamente a las 4:20 de la tarde, a fumarse el primer toque del día. Lo cual se fue convirtiendo en una tradición. Otra versión apunta que, buscando un tesoro, cuatro jóvenes encontraron una plantación de cáñamo en la coordenada 4:20 dentro de un radio de 10 hectáreas. Una de las explicaciones más interesantes es la que cita el relato “Within the walls of Eryx” (Dentro de los muros de Eryx) del gran escritor de ciencia ficción, H.P. Lovecraft (Providence, EUA. 1890). En dicha narración Lovecraft describe una planta muy similar a la Sativa al referirse a una escena en la que un intrépido explorador espacial tropieza con una planta de “espejismo”. Ofrezco una modesta traducción de dicho párrafo:

"A pesar de que me daba vueltas peligrosamente la cabeza, traté de comenzar en la dirección correcta y sortear mi camino a seguir. Mi ruta debió haber sido muy irregular. Me parecieron horas antes de que estuviera libre de la influencia omnipresente del espejismo-planta. Poco a poco las luces bailando comenzaron a desaparecer, y el paisaje espectral brillante comenzó a asumir el aspecto de solidez. Cuando todo me pareció claro miré mi reloj y me sorprendió ver marcaba apenas las 4:20. Para mí fueron eternidades. Toda mi experiencia podría haber consumido poco más de media hora."

Esto viene a colación ya que el pasado 20 de abril, exactamente a las 4:20 de la tarde, alrededor de 1800 jóvenes, y no tan jóvenes, se reunieron en el parque Madero de Hermosillo, Sonora. La intención era conectarse con las celebraciones internacionales por el día de la marihuana. Música reggae, tambores africanos, lectura de fragmentos de la carta internacional de derechos humanos, consignas de libertad, trabajo, paz y legalización del enervante, fueron algunos de los elementos de dicha fiesta.


Emos, punks, cholos, blacks, fresas, hippies; en fin, toda una gama de clanes sociales, principalmente adolescentes, se dieron cita al parque más grande que tiene la ciudad. Era extraño ver a algunos de ellos encendiendo cigarrillos de la marihuana. Después de todo se trata de un lugar público y de una sustancia prohibida por la ley. Además hay que agregar que vivimos en una ciudad mocha, donde este tipo de eventos son muy raros; a diferencia de las grandes ciudades del país y el mundo.

Alrededor del parque se podía ver a policías municipales rondando. Seguramente les llegó el característico olor de la hierba pero se hicieron de la vista gorda. Los organizadores del evento repartieron bolsas para depositar basura. Nadie estaba bebiendo alcohol, ya que la invitación especificaba que no se podía hacer. Fue sorprendente, para este reportero, ver aquel espacio liberado que ocuparon jóvenes que no paraban de llegar al lugar.


Fuera de todo prejuicio y moralina en turno, el evento marcó un antes y un después en la vida social de los jóvenes, y no tan jóvenes, en Hermosillo. Los principales usuarios de la droga, entre los que se encuentran los trabajadores de la construcción y los jornaleros, no se dieron cita al evento. A esas horas seguían en su larga jornada de trabajo. Además que, seguramente, no saben nada sobre la celebración del llamado 4:20. Los principales usuarios del enervante fuman para aguantar el pesado trabajo al que se dedican, y no para gritar al mundo que son libres y están unidos en torno a una causa: la legalización. Los principales usuarios están alejados de la cultura global y no entienden nada sobre Lovecraft y jóvenes gringos iniciadores de una tradición. Sobre esos usuarios debería pensarse al momento de hacer propuestas como la legalización de la marihuana en México.

Este tipo de eventos mandan un mensaje: Hermosillo, por fin, se está convirtiendo en una ciudad moderna. Entiéndase esto como un lugar donde todos y cada uno de sus pobladores tienen espacios de expresión, conocimiento y convivencia.  

  

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