Thursday, October 20, 2011

"En Veracruz, la verdadera pesadilla está en las zonas rurales"





Entrevista con la escritora y periodista Fernanda Melchor
Por Imanol Caneyada

Hace apenas unos meses, la escritora y periodista Fernanda Melchor fue galardonada con el Premio Nacional de Literatura y Periodismo AMMAC, género crónica, por su trabajo “Veracruz se escribe con Z”. Un texto duro, sin concesiones, en el que a través de siete historias vemos cómo la violencia del crimen organizado va sitiando la ciudad, va tomándola hasta convertirla en su rehén.
Ganadora de varios premios literarios por su trabajo cuentístico, coordinadora del blogolasdesangre.wordpress.com, especializado en la violencia de Veracruz, Fernanda es veracruzana de pura cepa y en esta entrevista hace un análisis desde la perspectiva social de los últimos acontecimientos que han golpeado a un estado, recuerda ella, otrora conocido por su alegría y desenfado.
El poder de los Zetas, el surgimiento de un grupo paramilitar que los ha enfrentado con saña, la angustia de una población que añora tiempos de café y danzón, la corrupción de las autoridades, todo esto desfila bajo la aguda mirada de la cronista.

Uno de los pasajes claves en tu crónica “Veracruz se escribe con Z” es, a mi parecer, este: "....no podías creer que la ciudad en que habías nacido se estaba convirtiendo en uno de esos lugares feos que existen en la frontera, en donde no hay dónde salir a divertirse porque a cada rato hay balaceras"... Resume la idea siempre presente en el texto de que el crimen organizado, poco a poco, imperceptiblemente, ha ido apoderándose de la vida del puerto. ¿Cómo han vivido los veracruzanos esta descomposición de la ciudad?
Hay asombro y dolor por parte de la ciudadanía. Creo que eso es lo más difícil de superar, como veracruzano, el sentimiento de estupefacción que te invade mientras los eventos violentos (sea de narcos contra narcos, o de narcos contra el gobierno federal) escalan en cantidad y grado de saña. Veracruz es un puerto que vive, además del comercio exterior, del turismo; que es conocido en el mundo por la hospitalidad, la alegría y la calidez de su gente. Muchas personas temen que el puerto ya no pueda recuperar su aura pacífica tras el descubrimiento de los 35 cuerpos en la zona turística. Hay mucho miedo, mucha incertidumbre en el entendido de que estas batallas suceden en la calle, en todas partes de la ciudad y que ya han cobrado una buena cantidad de víctimas civiles a quienes, incluso, se les ha negado cualquier tipo de justicia, debido a que en algunos casos se criminaliza a las víctimas. Hay también rencor hacia el gobierno estatal, una postura crítica que es aún difusa, toda vez que sólo es expresada en privado o a través de las redes sociales; un sentimiento de disconformidad contra las decisiones tomadas por Javier Duarte y su equipo de trabajo, sobre todo por la forma tan hermética en que manejan la información que es de carácter público, por su ansia de acallar las críticas de la opinión pública a través de una serie de mecanismos represivos que limitan el ejercicio periodístico y la libre expresión del ciudadano.
Sin embargo, también hay una actitud algo más positiva que muchos ciudadanos asumen, la de mantener “la cabeza en alto” a pesar del recrudecimiento de la actividad delincuencial y continuar con sus vidas y rutinas diarias. Sin embargo, considero que esta actitud de “cuando te toca, te toca” tiene algo más que ver con la apatía y el escapismo que con una conciencia opositora. Hay que recordar que la participación de jarochos (de Veracruz y Boca del Río) en marchas o movimientos ciudadanos contra la violencia no es significativa ni masiva como sí lo es, por ejemplo, en la ciudad de Xalapa.
Y cuando los Z eran amos y señores de la región, surge este grupo paramilitar que se presenta como una organización dispuesta a limpiar el estado y a defender a los ciudadanos de a pie. ¿Cuál es la percepción del veracruzano al respecto? ¿Lo ve como una solución ante la incapacidad del Estado de controlar la situación o como una prolongación del problema?
Durante el mandato de Fidel Herrera, los Zetas tuvieron a Veracruz bajo su dominio, y a pesar de las cifras oficiales, maquilladas con fines políticos (según las autoridades, no hubo un solo secuestro en la entidad del 2009 al 2010, cuando incluso la prensa consignó varios casos, especialmente en la columna de Milo Vela,  periodista que fue asesinado este mismo año junto con su familia). La rumorología porteña insistía (e insiste) en la vinculación de Herrera Beltrán con el grupo de Los Zetas, también llamado La Compañía; incluso muchos se refieren al entonces gobernador como el Z-1, el líder máximo del grupo, opinión que se popularizó durante el periodo de elecciones, alentada por el principal grupo opositor, el PAN, y que ahora sale de nuevo a la opinión pública a través del famoso video de Los Matazetas. Al salir Herrera Beltrán del poder, aunque el ganador fue su sucesor directo y pupilo político, Javier Duarte, es cuando comienza el deterioro de la opinión pública en su contra, así como en contra del propio Duarte (a quienes muchos no veían capaz de “tomar las riendas” del estado como, para bien o mal, había hecho Herrera) e incluso contra los mismos Zetas, a quienes cierta parte de la ciudadanía, a pesar de reconocerlos como criminales, también consideraba una especie de poder fáctico al cuál incluso se podía solicitar apoyo y ayuda para la obtención de justicia o venganza particulares. Hay que recordar que la infiltración de los Zetas en el estado aprovechó las redes delincuenciales que ya existían: es decir, muchos mafiosos (relacionados al narco o no) se unieron ya sea voluntariamente, por coacción o a través de “tributo” a La Compañía para poder realizar sus actividades. Y no solo los gremios de asaltantes, secuestradores, contrabandistas, polleros, tratantes de personas, clonadores de tarjetas, defraudadores pasaron a formar parte de los Zetas, también miembros de las instituciones gubernamentales y privadas de sectores estratégicos: policías de tránsito, taxistas, trabajadores portuarios y aduanales. Vamos, incluso tenían en la nómina a los “franeleros” de las zonas cercanas a casas de seguridad o tienditas de drogas.
Y bueno, está también esta fascinación del veracruzano y del habitante del trópico, vamos, del mexicano en general, por el supuestamente lujoso estilo de vida de los narcos. La opinión que los veracruzanos tienen de los Zetas ha ido cambiando a través de estos años, desde la irrupción abierta en la opinión pública de este grupo allá por 2007, durante la balacera de Villarín, hasta la exhibición de los 35 cuerpos junto al centro comercial Las Américas, el pasado mes, y la aparición de varias decenas más esta semana pasada.
Más allá del escandaloso número de muertos, el cual responde (al menos eso nos hacen creer) a la lógica de la guerra entre cárteles, ¿en qué se ha convertido la vida de un habitante de Boca del Río? ¿Cómo transcurre un día de un ciudadano promedio en las zonas más conflictivas del estado?
Recuerdo que a principios de año, autoridades de Marina advierten a la ciudadanía que es mejor abstenerse de noche, no frecuentar barrios peligrosos y compañías dudosas, pero las balaceras posteriores ocurrieron tanto en sitios turísticos y barrios de clase privilegiada como en colonias populares y zonas semi rurales. Hay una disminución, declarada incluso por representantes de las cámaras de comercio, de la vida nocturna y comercial del puerto: la gente sale menos y realiza más fiestas en casa; en fin, puede notarse una paulatina modificación del espíritu porteño hacia la introspección “a puerta cerrada”.
La verdadera pesadilla, sin embargo, se encuentra en las zonas rurales y en los límites, por poner un ejemplo, con los estados de Tamaulipas y con Oaxaca. Personas que han debido viajar a zonas como Pánuco, en el norte, o Playa Vicente en el sur, reportaban, a principios de este año, retenes de supuestos agentes federal que detenían y controlaban el tráfico en carreteras estatales. Un informante, miembro de un cuerpo de seguridad local, me comentó que estaba seguro que los elementos de los retenes eran delincuentes porque portaban consigo “cuernos de chivo”, un arma que no es utilizada por las fuerzas armadas mexicanas.
¿Qué está haciendo el gobierno estatal o el federal en cuanto a la situación? Desde la distancia, uno tiene la sensación de que son pasivos espectadores de la decadencia.
Desde la cercanía uno también tiene esa sensación. Existe en muchas personas la percepción de que Duarte y su gabinete, en especial el ex procurador de justicia Reynaldo Escobar, se vieron rebasados por la magnitud del problema, especialmente por la inexperiencia del primero.
Se ha planteado que los Matazetas son un grupo paramilitar supuestamente financiado por el gobierno. ¿Es cierto? ¿Quién está detrás de esta organización?
No podría responder a esta pregunta porque ignoro quién se encuentre realmente detrás de la organización de los Matazetas. Los periódicos los vinculan al cartel Nueva Generación, pero la opinión generalizada es que hay presencia también de otros cárteles rivales, como el del Golfo. La gente ve en Los Matazetas una representación de los intereses del Chapo Guzmán en el sureste; otros afirman que el grupo se halla bajo las órdenes de Calderón. Lo cierto es que, dentro de Los Matazetas, se han identificado a ex miembros de Los Zetas; quizás son elementos que reconocieron la decadencia de este grupo (que fue “descendiendo” por el golfo tras la presión ejercida por fuerzas federales tras el descubrimiento del horror de San Fernando) y aprovecharon la coyuntura para cambiar de bando.
Eres escritora, periodista, autora de una crónica valiente sobre una realidad brutal. ¿De qué manera vives la censura, la autocensura, el miedo, la muerte o desaparición de reporteros? ¿Se puede, se debe ser valiente?
No sé qué es lo que se deba hacer pero creo que sí es necesario que los periodistas encontremos la manera de sobreponernos al miedo, tanto a los grupos delictivos como a los grupos de poder. La última crónica “Veracruz se escribe con Zeta” la escribí y publiqué en abril ―cuando ya la violencia había escalado pero aún no se encontraban pilas de gente mutiladas en las calles del puerto como ahora― y no he escrito nada más en materia de periodismo narrativo desde entonces. A veces tengo la impresión de que yo misma me escondo detrás de la novela en la que actualmente trabajo, para evitar investigar y escribir sobre la realidad en Veracruz, lo cual me produce fuertes sentimientos de culpa porque creo en la función social del periodismo, pero sobre todo, creo en la necesidad de guardar un registro, de reunir todas estas historias (sobre todo las de la gente de a pie, la gente común y corriente que vive esta situación, independientemente del bando en el que lo haga) hacia el futuro, cuando quizás podamos los mexicanos explicarnos las causas de todo este infierno. Creo que la creación literaria es útil para sublimar de forma segura lo que sucede, pero el proceso es muy lento y la gente requiere de información ahora, especialmente la información contextuada y compleja que el reportaje a profundidad y el periodismo narrativo pueden ofrecer como una especie de alternativa a este periodismo twitter de tiempos de guerra, rápido, casi inmediato pero poco confiable, que por necesidad nos hemos visto a obligados utilizar, ante el silencio de los medios de comunicación tradicionales. 
Creo que lo importante es que los veracruzanos logremos sobreponernos al shock de vernos convertidos en uno de los estados más violentos del país y aceptemos cuáles son las condiciones que provocaron que Veracruz haya sido durante tantos años casi un paraíso para los delincuentes. Porque este nuevo cártel podrá venir y matar a buena parte de “la nómina” anterior pero eso no quiere decir que las cosas vayan a cambiar para bien, que la corrupción en las esferas pública y privada vaya a cesar ni que dejemos de ser uno de los estados con mayores niveles de marginación y más baja competitividad del país.

Monday, September 26, 2011

Las asociaciones culturales, Municipalitos



Entrevista a Iván Ballesteros Rojo
Por Magdalena Frías

Recientemente en el estado han surgido varios grupos artísticos que pretenden consolidarse como propuestas independientes, que optan por crear sus propios espacios de trabajo para promocionar sus creaciones y las de otros. En esta ocasión, Dossier entrevistó a Iván Ballesteros, egresado de la licenciatura en Letras Hispánicas de la Universidad de Sonora en la generación 2000-2005. Él ha fungido como escritor, editor y periodista dentro del ámbito cultural y ha enfocado su trabajo a la labor literaria. Actualmente forma parte de un grupo de creadores que se han reunido con la finalidad de instituir un órgano facilitador que permita la creación de foros artísticos de calidad, y sobre todo, que amplíe el espectro de posibilidades culturales en la región. El grupo se ha denominado Municipalitos y apuesta por una labor independiente, que renueve el panorama cultural hermosillense con nuevas propuestas. Iván Ballesteros es autor del libro de cuentos Monstruario, y forma parte de la Editorial Tres Perros. Actualmente es periodista, maestro y editor.
¿Qué consideras que eres?
IB: Soy escribiente, a veces soy un amanuense, aunque en ocasiones escribo cosas que me dicto a mí mismo. También edito La Revista de la Universidad de Sonora, es mi segundo número; así como el periódico cultural Vía Libre. Participo en la editorial Tres perros, donde hemos sacado dos libros. Me desempeño como reportero y escribo una columna en Primera Plana, denominada Breviario, cultura y cosas raras.
¿Qué es Municipalitos?
IB: Es una asociación que surge de las sobremesas que se hacen entre amigos; nos gusta la ironía y pensamos que lo que se considera cultura en la sociedad y se cataloga dentro de ésta es muy municipalito. Por ejemplo, no falta un festival cultural donde haya un flautista andino,  alguien que venda artesanía o el poeta de la ciudad que le escribe sonetos a la luna. Entonces, retomamos eso irónicamente –porque vivimos en una provincia muy alejada del centro–, con la intención de impulsar proyectos que realmente tengan un impacto y dialoguen con lo que se está haciendo a nivel nacional.
En relación a esto último que dices, ¿qué busca Municipalitos en dichos proyectos, cuáles considera como lineamientos culturales viables de apoyo?
IB: Propuestas sólidas que no sean municipalitas, donde realmente las personas que nosotros apoyemos como grupo tengan un discurso propio, independientemente que nos guste o no, en el que se note que dominan ciertas herramientas en el área que se dedican y ofrezcan un producto cultural de calidad.
¿Cuál es el programa a desarrollar con todas las artes?
IB: El proyecto en algún momento, Municipalitos, se convertirá en una asociación civil y bajará recursos internacionales con el fin de organizar festivales, presentaciones de libros, publicar obras, novelas gráficas –que aquí no se hacen–, periódicos críticos reales que no estén subvencionados por el gobierno para que no tengas que escribir lo que todos dicen y repiten; que no necesites de la publicidad del gobierno para subsistir.
¿Si Municipalitos no es una asociación, en qué etapa se encuentran entonces?
IB: Estamos en la etapa de hacernos de recursos. Ya van dos talleres que organizamos precisamente con esa intención. Ese dinero lo estamos guardando para completar el costo para darnos de alta como asociación civil. Tampoco nos obsesiona esta idea, ya que también seguimos haciendo cosas, dentro de poco vamos a hacer otro evento o un taller. El primer taller lo impartió Imanol Caneyada, fue sobre periodismo narrativo, y el segundo trató sobre el desencanto humano en obras cuentísticas de la narrativa contemporánea. Éste último fue moderado por Alfonso López y un servidor.
¿Cuáles son sus canales de difusión?
IB: La autopromoción principalmente. Facebook, correos electrónicos; también hay un blog: creadoresmunicipalitos.blogspot.com, ahí subimos las actividades que realizamos y las notas que escribimos. 
Dentro de la variedad artística de Municipalitos, ¿cuál sería lo próximo que tomará en cuenta aparte de la literatura?
IB: Un cineclub totalmente alternativo, que no tenga que ver con lo comercial. Lo está armando Imanol. También otro taller de cómic y uno de fotoshop, porque queremos que los jóvenes aprendan a realizar otros productos culturales aparte de los que andan rolando. Nos interesa no ser una escuela, pero sí ayudar a formar personas con perfil creativo.
Si Municipalitos es un grupo independiente, ¿cómo ves el panorama para que se desarrolle, y hablo de la sobrevivencia?
IB: Todos tenemos muchas actividades con las que nos ganamos la papa. No queremos lucrar, es un respiro y una pequeña aportación para no aburrirnos tanto en esta ciudad; de alguna manera platicar con la gente sobre cine, artes visuales, danza, lo que sea, eso nos nutre. Queremos hacer movimientos culturales alternativos.
¿Cuál sería el alcance de Municipalitos entonces, si mencionaste que se pretende tenga proyección internacional?
IB: Si Municipalitos se compromete… por ejemplo para ser apoyados por una ONG internacional, tendríamos que ser una asociación civil y cumplir con un proyecto, es decir, realizar una serie de actividades culturales de impacto directo durante un tiempo determinado.
¿Cuál es la relación con la institución?
IB: Ya sabemos que en Hermosillo hay una plaga de mafias, por decirlo de alguna manera, culturales, unos y otros se tiran tierra muy velada, pero no hay realmente un diálogo crítico. Las personas que se acercan a la institución lo hacen para llevar talleres o en sí sus propuestas, que igual son viables pero realmente son muy sordas, nadie se entera de nada. Yo también he dado talleres y creo que lo seguiré haciendo; más bien me refiero a que las ofertas culturales propuestas por la institución son temporales, o sea, en verano, en la feria del libro, y todo lo demás qué. Hay un gran vacío cultural y también una necesidad.
Para llevar a cabo esto se necesitan espacios, ¿cuáles son los que ha tenido Municipalitos?
IB: Hemos recibido el apoyo de la preparatoria Paulo Freire, que es un gran espacio. También desde el 2009 hemos estado haciendo actividades en la Casa Gregorio: exposiciones, presentaciones de teatro, performance, teatro; hemos traído a escritores extranjeros a presentar sus libros aquí. También hemos llevado talleres a varias escuelas y promocionado a alumnos de la Universidad.
¿Qué función tienes en Municipalitos?
IB: Todavía no tenemos un organigrama, pero mis compañeros por ahí me postulan para ser el director de Municipalitos.
¿Cómo se relacionan o incorporan otras personas?
IB: Todo es por gente que se acerca pero Venecia López, Imanol Caneyada, Leonel López, Alfonso López y Mariel Fernanda Zamora, esta última como consejera legal, somos quienes nos estamos organizando. Esto sería únicamente la cuestión formal porque Municipalitos somos muchas más personas. Gente con la que tenemos en común el hartazgo y el aburrimiento de lo que pasa aquí, que no es mucho.
La cultura se tiene que ofrecer de manera profesional, dejar de ser municipalitos; dejar de tener la idea de que pones una tabla blanca y dices que se ofrecerá algo y ya. Algo que apueste por causar un impacto en el público.
¿Cómo ves el panorama para ustedes, es decir, que la gente se enfrente con un proyecto así?
IB: Hay propuestas inéditas en la región además de Municipalitos, como Andamios, el taller Leviatán, el del maestro Osuna, etc., y cada vez hay más público. La necesidad siempre va a estar porque no hay nada que la cubra, la gente irá a verlos porque tiene hambre de esto.
¿Cuáles son sus próximas actividades?
IB: En un futuro daremos talleres, armar algo multidisciplinario. De aquí al término de este año pretendemos sacar dos publicaciones más con la editorial Tres Perros. Municipalitos es un facilitador, ayuda a que sucedan las cosas; si se tienen los recursos Municipalitos apoya a las personas que se acerquen.
Los grupos están, el problema es que confundimos cultura con cuestiones campechanas y la cultura define la identidad de las sociedades y si queremos dejar de ser bailadores y norteños recalcitrantes vamos a hacer otras cosas. Hay que empezar a generar polémica, que se mueva esta ciudad; se trata de hacer algo inédito como construir canales críticos que comenten las manifestaciones culturales. 

(Entrevista aparecida en Dossier político) 

Monday, September 12, 2011

Días para el desencanto

Hace unos días impartí, junto al escritor Alfonso López,  un taller sobre narrativas del desencanto. Todos los asistentes fueron personas que hacían algo. Es decir, algo creativo, desde sus respectivos oficios. Fotógrafos, performanecer@s, escritores, educadores y artistas visuales. Amigos, además. 

Preferiría no hacerlo
Iniciamos el taller con el cuento de Herman Melville, Bartleby el escribiente. Esa historia sobre la negación del mundo. Sobre mirar el infinito en una pared blanca. Ese cuento donde el personaje principal, Bartleby, preferiría no hacerlo (independientemente de la acción que tuviera que realizar). Para Bartleby ninguna actividad humana merece la pena ser ejecutada. La neutralidad apabullante, la apatía y banalidad de nuestras sociedades contemporáneas, son elementos anticipados en esta ficción de finales del siglo XIX. 

Pez banana
Después nos adentramos en la hilarante historia de Seymour Glass, Muriel y Sybil. Uno de los mejores cuentos que se hayan escrito, Un día perfecto para el pez banana. J.D. Salinger, su autor, uno de los escritores más enigmáticos. Atacado por el síndrome Bartleby el también creador de El guardián entre el centeno, novela preferida de por los paranoicos, decidió desaparecer de la escena con apenas cinco libros publicados. En un día perfecto… Salinger pronostica a las sociedades hiper consumistas del capitalismo tardío. Zombis triviales que se preocupan por nimiedades; además de presentarnos un personaje atormentado, psíquicamente, por las imágenes de la guerra. La constante, y millonaria, guerra norteamericana. El final de este cuento es quizá el desencanto total. La negación más abrumadora.

Si me necesitas llámame
A inicios de los ochentas un escritor revolucionaba la narrativa. Influenciado por la literatura Rusa de siglos anteriores, Raymond Carver, y su visión caustica de la realidad estadounidense, entregaba una obra demoledora. Una obra donde no hay concesiones ni espacio para la tregua. El hombre ha quedado ante su bastión final, el desasosiego. Es así que en el cuento, Si me necesita llámame, se narra el último intento de una pareja cansada que decide retirarse a una casa de campo para tratar de salvar su matrimonio. Un par de caballos en la niebla y todos los sueños rotos de los protagonistas nos recuerdan el cambio de curso que ha dado nuestra civilización. Un cambio donde instituciones como la familia, la pareja, el amor, el progreso y el otro están al mismo nivel que el dinero, la soledad, la abulia y la conveniencia.  Un excelente cuento que marca el momento en el que comenzamos a divorciarnos y a dejar a nuestros hijos en manos de extraños.

El observador de caracoles
Patricia Highsmith fue conocida como la dama del horror. Los ambientes en sus cuentos son perturbadores y sus personajes extraños y obsesivos.  En El observador de caracoles un hombre decide olvidarse de todo para entregarse a la observación de babazas y cómo éstas hacen el amor. Es un mundo claustrofóbico el que sirve a Highsmith para filtrar la complejidad de la naturaleza humana. Una que, habitualmente, nos entierra en nuestras propias filias.          

El ojo silva
En este cuento del chileno, Roberto Bolaño, se nos narra la historia, tristísima, de un fotógrafo gay. Un  fotógrafo que viaja a la India y se entera de rituales incompresibles donde unos niños son castrados. La historia de cómo el Ojo se hizo mamá nos llevará a comprender a una generación marcada por el autoritarismo y el odio, la generación de los setentas. Una generación que aún sigue huyendo de sus fantasmas.

Pájaros en la boca
A sus 32 años la argentina, Samanta Schweblin, es una de las escritoras más interesantes y sobrecogedoras de la narrativa contemporánea. Su libro de relatos, Pájaros en la boca, es inquietante. En el taller del desencanto discutimos Conservas y Cabezas contra el asfalto.  El primero es una pieza perfecta y estrujante. Un viaje a la semilla y a la negación. La cordura y la sensibilidad humana en tela de juicio son tema del segundo. La ira y la intolerancia del hombre como signos de nuestros tiempos.

Una generación quemada
Los nacidos en los noventas, así como los concebidos en los albores del siglo XXI, son reconocidos como la generación quemada. La generación cuyos padres son personas que ven los fines de semana. Padres comprometidos con sus carreras y ocupaciones. Padres que han dejado la olla hirviendo en la cocina y cuyos hijos, curiosos, se la han derramado en el cuerpo. Hijos marcados por el descuido. Hijos que reciben cheques mensuales en vez de cartas con motivos. Hijos de llamadas telefónicas breves. Resentidos y habitantes de un tiempo profundamente violento.  Esos hijos, esa generación de muchachitos quemados son los que se presentan en Encarnación de una generación quemada, un  genial cuento de David Foster Wallace, el escritor suicida más célebre de los últimos tiempos.

La literatura, se ha dicho hasta el cansancio, es una actividad que sirve para filtrar al mundo. Un mecanismo que se anticipa a la sociología y a la historia. Un buen pretexto para penetrar más en días de desencanto y, en el intento, desaparecer.      

(IBR)

Tuesday, September 6, 2011

Parámetro Ciego, la mirada oscura que arroja nuevos significados





De las propuestas estéticas más arriesgadas y experimentales de todas las expresiones artísticas que tienen lugar en la región, ninguna tan potente como la generada por la danza contemporánea. Basta nombrar a compañías como Quiatora Monorriel y La lágrima para darnos una idea de lo conceptuales que pueden llegar a ser los coreógrafos en nuestro estado. 

El cuento del narrador uruguayo, Felisberto Hernández (1902), Menos Julia, resume, para quien esto escribe, la experiencia de presenciar mucha de la danza contemporánea que se ejecuta en Sonora. Y es que Felisberto nos introduce en un mundo táctil y ciego. Un mundo de sensaciones que dispara la imaginación, ese motor de vuelo que tenemos los seres humanos, transportándonos a una realidad alterna, la de cuerpos tratando de descifrar el vacío. La de cuerpos comunicándose con la nada. La de cuerpos entrando en la dinámica del ritmo.

En Menos Julia los protagonistas caminan por un túnel obscuro donde hay mujeres y objetos. El acto consiste en otorgar nuevos nombres a las cosas que se tocan entre penumbras. Unos zapatitos de niño, un tomate, una media de mujer, una máquina de escribir, un huevo de gallina, una vejiga inflada, un rostro hermoso y una caja de botines conteniendo un pollo pelado, son objetos que al ser medidos con la ceguera se potencializan, se disparan en nuevos e infinitos significados.

El pasado 28 de agosto presencié Filia y Habitual, dos coreografías dirigidas y creadas por Ernesto Contreras. Después de ver las piezas tuve la sensación de nombrar las cosas desde una distancia abrumadora. Y es que el cuerpo es un túnel viscoso y oscuro que los ejecutantes de estas coreografías van escalando para poder llegar a sus músculos y completar un mensaje sin palabras. Un mensaje que sugiere el movimiento y la expresividad. Un mensaje que hace las veces de metáfora visual. Una metáfora que se nos insinúa en forma de danza. Una metáfora que intenta aportar elementos para el quimérico develamiento de un misterio intenso y perturbador, el misterio de la naturaleza humana.

Las coreografías, interpretadas por Areli Cornelio, Dulce Martínez, Isabel Rangel, Gilberto Castro y Jorge Motel, son piezas multidisciplinarias, sombrías. Filia es más un juego de espejos en movimiento que los intérpretes, poseídos por el ritmo de sus cuerpos, van ejecutando coordinadamente. La transmisión de mensajes en esta pieza no es tan clara y poderosa como en Habitual, donde la violencia, el erotismo y la fuerza nos recuerda aquello que decía el filósofo francés Georges Bataille: “Lejos del mal los seres se marchitan”.    

Parámetro Ciego es una compañía que indaga en el abismo de lo ordinario, quizá, como en el cuento Menos Julia, para disparar nuevos significados sobre la condición humana. Sobre las relaciones y filias de las personas. Habitual será presentada en la próxima edición del Festival Cervantino. Desde aquí auguramos éxito en un foro tan importante. 


Monday, August 8, 2011

Taller "El desencanto humano en las relaciones sociales"



MUNICIPALITOS INVITA:

Con el fin de crear foros de discusión y análisis sobre obras artísticas; además de instituir el grupo Municipalitos como asociación civil, se ofrece el taller: El desencanto humano: enfriamiento en las relaciones afectivas y sociales en cuentos de la literatura contemporánea.  

Moderadores: Iván Ballesteros Rojo (Escritor, reportero, editor y maestro) y Alfonso López Corral (Escritor e investigador).

Características
El taller se desarrollará en tres módulos de dos horas cada uno. Una vez leídos los textos se discutirán los elementos narrativos y las implicaciones simbólicas contenidas en los cuentos, focalizando el análisis en el paulatino desencanto de los seres humanos en sus relaciones sociales y afectivas. 

Primer módulo: Se discutirán los cuentos: Bartleby, de Herman Mellville; Un día perfecto para el pez banana, de  J.D. Salinger; Si me necesitas llámame y Nadie decía nada de Raymond Carver. Advertiremos aquí los significados y nuevas realidades sociales que aparecen en las narraciones, mismas que desde la segunda mitad del siglo XX han cambiado la concepción de instituciones como la familia, la religión, el amor, las relaciones humanas y el progreso.

Segundo módulo: Se discutirán los elementos narrativos de los cuentos: Dance, Dance, Dance de Haruki Murakami; El ojo silva de Roberto Bolaño; Encarnación de una generación quemada de  David Foster Wallace y de Samanta Schweblin los cuentos Conservas y Cabezas contra el asfalto.   

Tercer módulo: Mi crimen favorito de Ambrose Bierce; El observador de caracoles de Patricia Highsmith; Romper el cerdito y Un afeitado finísimo de Etgar Keret y Planes de contingencia frente a los zombies de Kelly Link.   


El costo completo del taller es de 300 pesos y está dirigido a adolescentes y adultos. 

*Los textos serán enviados vía electrónica por lo que es necesaria la confirmación de su asistencia. Correo para confirmaciones: ivanballesta@gmail.com

El taller tendrá lugar en Biblioteca Municipal Rafael V. Meneses. Mejor conocida como la biblioteca de la Tutuli, los días miércoles 17, 24 y 31 de agosto.
Dirección: Garmendia y Tabasco, Esq. Plaza Tutuli, Col. Modelo. De 6:00 a 8:00. de la noche.